Día Cuatro

Llevo ayunando como 2 semanas o incluso más.

Y me cansa.

Debo dormir hasta tarde a eso de las 3 a.m. para que me despierte como a las 12 p.m. y decir que esperaré al almuerzo.

Lo fatal viene cuando me despierto a eso de las 8a.m. ¿Qué hago ahí? Lamentablemente es inutil tratal que vuelva a dormir. Y ahí es cuando empieza la tortura, mis hermanos diciendo lo rico que estaba el pan con queso o su leche con cereales, o mi padre preparando huevo con tocino. Esos olores vienen a mi, y me enfadan. Mi estomago empieza a gruñir. Y quiero llorar, pero a la vez me encanta, porque se que a pesar de todo no he comido, y me agrada como no saben cuanto. Pero es la tortura lo que no me agrada, sentir todos esos olores a tal grado que empiezo a sentir su sabor en mi boca.

Consumí 571 calorias y me siento mal, debería ser menos. Cerrar la boca, pero no pudo engañar tan facilmente a mi madre.

Hoy me pese. 63,5.

Y no sé como sentirme. Tengo miedo a no bajar los 3,5 en siete malditos días. Y lo unico que pienso es en eso. No comer. Bajar los 3,5 kilos. No comer. Dormir. No comer. Ejercicio. No comer. No comer. No comer. No comer. No comer. No comer. No comer No comer. No comer. No comer. No comer. No comer. No comer. No comer. No comer. No comer. No comer. No comer. No comer. No comer. No comer. No comer. No comer. No comer.. No comer. No comer. No comer.